NOÉ R. MAYORGA ORTIZ 

Mi trabajo se sitúa en prácticas artísticas transdisciplinares, la investigación, las ciencias, la apropiación de lenguajes, técnicas derivadas de la conservación de bienes culturales y herramientas que provienen de distintos campos como ejercicios curatoriales, intervenciones en espacios públicos y mediación con comunidades; son interfaces que comunican lo divino con lo cotidiano, lo hegemónico con lo marginal y el cuerpo en su condición de impermanencia con el espacio. Estas prácticas de perspectiva decolonial devienen de procesos entre la comunidad, los afectos y el conocimiento ancestral.

El detonante que perfila mi quehacer artístico es el interés en la fiesta popular de Tungurahua y el país que despierta en Mocha, cantón de la provincia de Tungurahua, tierra de mis ancestros, estableciendo lazos de empatía con los actores culturales de la localidad, producción de afectos y registro visual, donde observo una clara intención política de la comunidad de subvertir el orden instituido de la fiesta sin las Octavas de San Juan relegada hace 50 años víctima de la modernidad y diversos prejuicios (fiesta de indios); este ejercicio de mediación comunitaria en territorio permite la emergencia de sujetos políticos que cuestionan los discursos dominantes de identidad, pero a la vez producen negociaciones e interfaces entre agentes sociales. 

La economía del prestigio, la fe y las prácticas ancestrales de organización comunitaria, confluyen en este momento y activan el conflicto sobre las formas de poder, pero, ante todo, redes de solidaridad, símbolos identitarios actualizados y deseos de transformación.

Con este afán, mi obra plantea ejercicios de apropiación en figuras y piezas de Lego para revestirlas de la estética y significados tomados de la fiesta popular, con esto no solo pretendo la difusión amplia de expresiones culturales locales, sino también provocar activaciones y otras reapropiaciones desde múltiples sentidos y lugares.

Un módulo de ensamble identitario en el que propongo nuevas alternativas de ensamblar la semejanza, desde lo andino, lo cotidiano, lo marginal, lo desplazado. El Lego, representación de imaginarios identitarios universales, acoge el espectro contemporáneo del indígena andino, su cosmovivencia, sus diálogos y rupturas que se refleja en sus pares, que ahora dialogan bajo el mismo lenguaje: el de la minga comunitaria, trabajando por su “Lego Pacha” universal, utópico, no racista, inocente e inclusivo. La propuesta de transformación social sueña con la posibilidad de ser construida con las manos de nuestra descendencia a la que predicamos en parábolas, hacia nuestro niño interior, para nuestro adulto ulterior orgulloso de poder imaginar su futuro desde el Abya Yala, en un ejercicio lúdico permanente de reinvención de la memoria y la identidad.

Busco también un espacio para las derivas ontológicas, estéticas, objetuales y nuevas construcciones de imaginarios, la especulación sobre una posible no conquista, la alquimia andina, el transhumanismo. La sanación planteadas en mi obra retro futurista, que basa sus preceptos en la ciencia ficción especulativa y la cosmovivencia andina, mezcla la estética del Cyberpunk y sus derivados con elementos ancestrales potencializándolas para el manejo de nuevos imaginarios y ficciones en nuestro territorio, a la descolonización y acción del pensamiento andino del nuevo indio.

Es ahi donde nos encontramos, ante un profundo cambio de paradigmas que revolucionaría la comprensión de nuestra naturaleza, abriendo nuevos campos de posibles pensamientos, imaginando múltiples mundos y generando realidades emancipadoras hacia nuevas construcciones para la defensa de la vida.

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